Nosotros pensamos que con un viaje atravesamos tres etapas: planeamiento, vivencia y memorias. Las tres se pueden disfrutar mucho y, también, padecer un poco (por momentos).
Consideramos que un viaje abarca mucho más que los días en que efectivamente nos vamos por ahí. Empieza mucho antes, cuando empezamos a desearlo, pensarlo, imaginarlo.
Todo es cuestión de decidirnos y empezar a actuar en pos de esa decisión que tomamos. Hay ideas que nos parecen una locura en principio, pero cuando pensamos cómo podríamos llevarlas a cabo, nos informamos, nos asesoramos y empezamos a darle forma, ya las empezamos a ver como posibles de concretar.
Pensar por primera vez en viajar solos puede ser una locura, viajar con niños o viajar con bajo presupuesto, pero cuando empezamos a informarnos y a preguntar a quienes han vivido estas experiencias esa idea va cambiando, aunque siempre nos acompañen miles de dudas e incertidumbre. ¡Y ahí también está lo bueno de la experiencia! Siempre habrá algo inesperado.
Planeamiento
Bueno, ya tomamos la decisión, ahora empieza la aventura. Empezamos a leer blogs, libros, ver videos, elegimos 40 ciudades para 20 días, vamos descartando, establecemos prioridades, analizamos fechas, vemos alojamiento, hacemos listas, nos alteramos, nos calmamos, pedimos ayuda, seguimos leyendo…
Esta etapa es muy linda porque empezamos a conocer un mundo que desconocíamos. Leemos tanto sobre nuestros destinos que parece que ya los conocemos antes de visitarlos. Aunque también puede tornarse fastidiosa por momentos, es cuestión de organización.
Nosotros recomendamos:
1° Comprar los pasajes de larga distancia (por ejemplo, ir de Argentina a Europa).
2° Elegir las ciudades que vas a recorrer.
3° Comprar los pasajes dentro de Europa para definir qué días estarás en cada ciudad.
4° Reservar alojamiento.
5° Investigar funcionamiento y actividades de los días que estaremos en cada ciudad. Recomendamos chequear:
- si alguno de esos días hay museos con entrada gratuita,
- días y horarios de las atracciones que queremos visitar,
- si nuestra visita coincide con algún feriado local,
- horario del transporte público,
- si está en restauración algún monumento durante nuestra visita para no llevarnos la fea sorpresa de que no lo podremos disfrutar. Por ejemplo, cuando nosotros fuimos a Roma, estaban restaurando la escalinata de la Plaza España por lo que no la pudimos ver en su máximo esplendor.
6° Comprar entradas online, para evitar tiempo haciendo filas.
7° Nutrirnos un poco sobre la historia de los sitios que visitaremos. Conocer el origen de las cosas nos ayuda a entender también su presente.
8° ¡No olvides contratar el seguro de viaje!
Estos pasos son útiles para cuando no disponemos de muchos días y queremos aprovechar al máximo el tiempo. Si viajás con mucho tiempo disponible la organización puede ser más desestructurada y te permitirá más libertad para tomar decisiones en el momento.
Tené en cuenta durante el planeamiento de tu viaje el tiempo límite para permanecer en Espacio Schengen.
Vivencia de viaje
Acá nos referimos al viaje en sí, a los días en que por fin ¡nos vamoooos!
El término vivencia es introducido al español por el filósofo José Ortega y Gasset para definir la relación en que entra un sujeto con ciertas objetividades. Todo lo que entra en contacto con nuestro “yo” y pasa a formar parte de él, es una vivencia.
En los viajes constantemente estamos relacionándonos con objetos, personas, atravesamos situaciones novedosas, vemos lugares que nunca habíamos visto, sabores y aromas desconocidos, entre muchas otras nuevas experiencias.
Sin duda, las experiencias de viaje nos transforman. No somos los mismos después de un viaje.
Seguramente aprendimos algo nuevo de esa ciudad que visitamos, de su historia, de su gente, probamos una comida, escuchamos un modo distinto de hablar, descubrimos una nueva habilidad o un nuevo interés en nosotros, entre infinitas posibilidades.
Estas vivencias son tan singulares como cada uno de nosotros, todos podemos visitar los mismos lugares pero relacionarnos de manera totalmente distinta con ellos, prestar atención a distintos detalles, a la vez que descubrir cosas nuevas cada vez que los visitamos.
También durante un viaje podemos encontrarnos con imprevistos que nos amargan el momento: que el alojamiento no sea como lo esperábamos, llegar tarde a una cita, que el clima nos arruine los planes, pero el sabor amargo cede cuando recordamos que estamos cumpliendo un sueño y que esos acontecimientos inesperados son parte de la experiencia.
Memorias de viaje
Y por último, la etapa que llamamos Memorias de viaje.
Que duro que es volver a la rutina después de haber disfrutado de un hermoso viaje. Seguro también te ha pasado, ¿no? Pero una manera de hacer más llevadero el regreso es recordar nuestro viaje, ver fotos, rememorarlo con nuestros compañeros de viaje, contarlo…
Te damos dos consejos que a nosotros particularmente nos encantan: escribir en nuestra bitácora y usar un perfume distinto durante el viaje.
Leer lo que escribimos después de un tiempo es una gran sorpresa, siempre hay algo que no recordábamos y nos causa alegría rememorarlo y empezar a acordarnos de otras cosas que teníamos medio olvidadas.
Respecto a los olores, ¿te pasa que te traen recuerdos? Hay estudios que sostienen que el olfato es el sentido capaz de evocar memorias más vívidas y que los olores quedan grabados en el cerebro.
Estamos de acuerdo con estos eruditos investigadores pero desde nuestra humilde experiencia. Si durante el viaje usas un perfume distinto al que usas siempre, después sentirás esa fragancia y la asociarás directamente con esos días de ensueño.
Al menos eso nos pasa a nosotros y nos encanta. Aunque a veces nos hace sufrir un poco, porque nos dan unas ganas muy fuertes de volver a esos sitios en ese mismísimo instante.¿Coincidís con nosotros en estas etapas?
¿Tenés algún tip infalible para tus viajes? ¡Queremos saber!
Si estás planeando tu primer viaje a Europa, este artículo puede servirte ¡Ayuda! Organizando mi primer viaje a Europa
Deja una respuesta